La tarde de ayer el matrimonio integrado por Barak y Michelle Obama, quienes fueron la pareja presidencial de los Estados Unidos desde el 2009 y hasta el año pasado, inauguraron sus retratos, los cuales hoy forman parte de la decoración de una de las salas de la Galería Nacional en Washington.
El matrimonio Obama ha sido uno de los más populares y respetados dentro de la política y la presidencia de los Estados Unidos, probablemente igualándose al integrado por Ronald y Nancy Reagan y Bill y Hillary Clinton, también ex parejas presidenciales.
Durante la concurrida ceremonia, tanto Michelle como Barak Obama señalaron la importancia de que estos retratos fueran realizaos por primera vez por dos artistas afroamericanos, los pintores Kehinde Wiley y Amy Sherald, quienes además acompañaron a la pareja durante el evento.
Con esto, se marca de forma oficial la primera inclusión de artistas de color que han hecho tan notable trabajo, lo cual simbólicamente habla mucho de los esfuerzos que el propio Obama hizo para romper los paradigmas al ser elegido como el primer presidente afroamericano en la historia de los Estados Unidos.
Los retratos de Michelle y Barak Obama resaltan por su realismo y técnica de trazos y pinceladas, balanceándose entre lo más destacado de las obras modernas y la clase y tradicionalismo que deben incluir obras oficiales de este tipo.
En ambos casos, la idea de los artistas fue la de presentar al matrimonio de forma cotidiana, una imagen muy presente en el espectro de los norteamericanos respecto a la ex pareja presidencial, quienes jamás ocultaron ninguno de los aspectos de humildad que los caracterizan, ya sea a la hora de vestir o de educar a sus hijas.
De hecho, el retrato de Michelle Obama (pintado por Amy Sherald) la muestra delante de un fondo azul vistiendo un vestido regular, para algunos incluso común y corriente, mientras que el de Barak Obama (evidentemente hecho por Kehinde Wiley) lo muestra como parte integral del entrono, delante de una pared llena de plantas y hojas, vistiendo su característico traje negro y camisa blanca,
La revelación de ambas obras, se llevó a cabo en plena celebración anual del Mes de la Historia Afroamericana, lo cual hace mucho más significativo su valor tanto artístico como personal.
"Soy la primera persona en mi familia a la que se le ha pintado un retrato", manifestó de forma humilde la ex primera dama, quien además aprovecho para poner sobre la mesa todo tipo de problemas que han enfrentado los afroamericanos.
Por su parte, Barak Obama, además de afirmar sentirse sumamente honrado, bromeó un poco al respecto, pues indicó que trató de negociar con Kehinde Wiley su imagen, pues le pidió redujera sus orejas para el retrato.
Cabe señalar que al finalizar cada presidencia, el museo trabaja en conjunto con distintos artistas para encargar un retrato oficial del presidente y otro de su cónyuge.
