
Una manifestación multitudinaria se concentraba en el centro de la Ciudad de México. Su objetivo: enfatizar su descontento por la cancelación de la inmunidad judicial de Andrés Manuel López Obrador, en 2005. El corazón de la capital era escenario de un movimiento que evolucionaba a la par de toda una generación, con este líder de izquierda al frente. Claudia Rivera Vivanco, poblana nacida en el barrio de San Miguelito, estuvo en esa marcha, es parte de esta juventud.
En ese entonces, Rivera Vivanco, así como los miles y miles que se congregaron en la plancha del zócalo, se oponía al desafuero de AMLO. En el epicentro político del país se hacía evidente el nacimiento de una movilización social que creció hasta consolidarse como la fuerza política más importante, en la pasada elección. La joven economista poblana no sólo atestiguó la génesis del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sino que fue una mujer clave para su instalación en la capital poblana.
Tras una apretada campaña, que se mantuvo en empate técnico por algunos momentos, Claudia Rivera Vivanco se convirtió en la mujer más joven y la única persona soltera en presidir la alcaldía de la capital poblana. Aunque tales características pudieron haber repercutido en la intención de voto, sobre todo por el conservadurismo que caracteriza a dicha urbe, la presidenta electa obtuvo 14 puntos más que el candidato del segundo lugar, un exalcalde que representaba a un partido que parecía no quería soltar el ayuntamiento de Puebla.
En C&E Campaigns & Elections México ofrecemos una entrevista con esta joven política, quien inició su carrera en la transformación de Puebla desde el activismo social, cobijando temas de género e inclusión. Después como simpatizante de las causas de Morena, movimiento social que, como ya se mencionó, más tarde se convirtió en partido político. En esta conversación, comentó la estrategia con que arrebató del partido de derecha una de las capitales más conservadoras del país, la cuarta ciudad más poblada de México.
Así también, detalló los desafíos que su gobierno habrá de enfrentar durante los próximos tres años, entre ellos administrar los recursos con la expectativa de la ciudadanía muy elevada y hacer que la cultura de la inclusión permee en una de las ciudades que más discriminan en México. Todo en un trienio.

Campaigns & Elections (C&E): Cuéntanos de sus inicios, de sus motivaciones por convertirse en una mujer de política.
Claudia Rivera (CR): Me considero más una activista social que una política. Mi parteaguas fue haber acudido a la marcha por el desafuero de Andrés Manuel. Mi madre me llevó junto con mis hermanos cuando yo tenía 22 años de edad, casi al final de mis estudios de licenciatura en Economía. No dimensionaba la magnitud de lo que representaba el movimiento social, político y económico de ese momento. Éramos tantas personas, después supe que millones. Observas las diferencias y las semejanzas, pero sabes que todos íbamos por un mismo objetivo. Sinceramente pensé que el Presidente de la República en turno saldría a dar una explicación, comentar lo ocurrido, pero no pasó. Sólo hubo represiones e información falsa en los medios de comunicación. Esto me hizo reflexionar sobre lo que representa ser muchos y que no haya respuesta ¿Qué pasa cuando los grupos son menores?

La falta de respuestas ante la desigualdad de derechos la motivó a participar en otras muchas acciones por parte de Morena, que inició en 2006 como un movimiento de defensa electoral, al cual llamaron Convención Nacional Democrática, tras la primera derrota de López Obrador. “¿Qué pasa cuando los grupos son menores?”, se preguntó Claudia así misma. “Son silenciados”, respondió.
En 2012 este activismo político se autodenominó como Gobierno Legítimo. Después se convirtió en el Movimiento de Regeneración Nacional. Antes de 2018 hubo una votación en la plancha del zócalo para elegir el futuro de esta organización: preservar su esencia de activismo político o convertirse en una institución partidaria. Los propios militantes forjaron el futuro de su movimiento con esta decisión.
CR: Yo voté para qué se mantuviera como movimiento social. Sin embargo, la mayoría de la gente decidió por convertirnos en partido. Entonces tuve que hacer el esfuerzo de cambiar mi forma de hacer política, optar por una estrategia distinta. De ahí he continuado hasta ahora.
C&E: ¿Por qué confió en este nuevo partido si usted se considera más una activista?
CR: En cada uno de estos procesos que te comenté, los cuales dieron lugar a la conformación de Morena, estuvimos prácticamente las mismas personas. En todos ellos hicimos caravanas en apoyo a la economía popular y brigadas en juntas auxiliares y en colonias de estratos económicos bajos, donde no sólo llevábamos despensas verdes a bajos costos, sino impartíamos talleres para niños y sobre energía alternativas, además de inspecciones médicas. Hacíamos muchas actividades. Más tarde se crearon las “casas del movimiento”, donde realizábamos actividades culturales con educación política, como cine debate. Ahí implementábamos apoyos a deudores crediticios, es decir, enseñábamos a defenderse ante las extorsiones y los muchos abusos por parte de algunas empresas crediticias, que suele cobrar de más o fuera de lo que marca la ley. Eso era parte del activismo.
La maestra en Desarrollo Regional Sustentable por el Colegio de Puebla, como activista política participó en la defensa del petróleo, mediante teatro callejero. Los artistas improvisados montaron la obra “El Loro Negro, los piratas del golfo y otros preciosos”. Después participó en la defensa del agua ante su privatización. Respaldó, también, a Lydia Cacho desde la capital del gobierno con que la periodista tenía su conflicto.
CR: Éramos esa gente que creíamos en el movimiento que se estaba creando. Lo que me atrajo mucho del discurso de Andrés Manuel es la frase que una vez dijo: “esto se trata de una revolución de conciencias, civil y pacífica”. En mí siempre ha habitado esta dimensión revolucionaria. Soy una rebelde con muchas causas. Como dijo Salvador Allende: "las causas de todos, de los que somos muchos, de los que somos pocos", es decir, de las mayorías y de las minorías.

La alcaldesa se ha especializado en estudios de género y combate a las formas de discriminación. En Morena, ya transformado en partido, formó parte del Consejo Estatal, como titular de la Secretaría de Diversidad Sexual, lo que le permitió darse a conocer entre los simpatizantes.
CR: Hoy Puebla ocupa el primer lugar en discriminación. Hay mucho trabajo que hacer.
C&E: Ha participado en diferentes frentes, siempre desde el activismo ¿Cuáles son sus principales causas?
CR: Las cuestiones de género. Hay un estudio estadístico que estima que, si continuamos con las mismas estrategias, tardaremos 187 años en lograr de forma tangible una igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. Las mujeres somos seres humanos con muchas capacidades, pero con falta oportunidades. Hoy representamos la mitad de la población. Este es uno de mis principales temas. Por otro lado, dentro del reconocimiento de la esencia del ser humano entre hombres y mujeres hay una gran diversidad cultural, étnica, lingüística, sexual e ideológica que ha separado a los seres humanos; no nos volteamos a ver como iguales. Creo que ahí esta mi principal motivación para participar en este proceso, ser activista y haber elegido el tema de género como área de estudio y de desarrollo personal y profesional.
C&E: ¿Fue difícil incursionar en la política siendo mujer?
CR: Lo fácil tiene que ver con mi carácter, pues si se cierra una opción, busco que se abran otras cuatro. Si hay un problema, trato que no lo sea. No me quedo con dudas. Opino, hablo y participo. Trato de conciliar. Sin embargo, es complicado todavía que se reconozca la capacidad de las personas. Lo primero que me preguntaron fue si Puebla está preparada para ser gobernada por una mujer. Yo respondía con otra pregunta: ¿Cuándo nos consultaron si estábamos listos para ser gobernados por los hombres? Cuando se decidió las mujeres no estábamos. Ahora estamos, pero hace falta todavía más trabajo. Siempre recuerdo y traigo al presente a las generaciones de mujeres y hombres que lucharon por los derechos políticos que me permitieron participar en este proceso electoral, el cual, por primera vez en la historia de nuestro país, representó una paridad de género. No obstante, todavía falta una brecha de desigualdad que abatir y a mí me toca hacer lo propio. Durante la campaña, mi estado civil también fue motivo de crítica, pues es la primera vez que hay una alcaldesa soltera. El tema de la edad también, pues se dice que si eres muy joven no tienes experiencia. Estereotipos que nos siguen separando y que no permiten ver más allá de lo que los roles encuadran, percibir la verdadera capacidad del ser humano.
C&E: En apariencia ser mujer, soltera y joven iba a ser un obstáculo…
CR: Fueron más cosas. El que juegue futbol y sea cinta negra en taekwondo, aunado a mi papel en la defensa de las personas LGBTI, también generaron una campaña de desprestigio Decían que no soy mujer, que soy marimacha. Pese a ello, mi compromiso es lograr que más personas nos veamos como seres humanos, iguales en obligaciones y derechos. Siempre digo que los derechos humanos son para todos los seres humanos, porque parece que no queda claro que cualquier ser humano debe acceder a sus derechos, ya que éstos son universales.
C&E: ¿Cómo hiciste frente a estas críticas durante la campaña?
CR: Primero compartiendo el conocimiento. No estaba dispuesta a no tocar el tema de género -defensa de los derechos de la mujer y las personas LGBTI- por un simple golpeteo político. Eso es congruencia. Así que seguí mostrándome como soy y fui con los diferentes grupos para decirles que el tema de género no tiene un color o afiliación política, que es para todo ser humano y que nos compete a todos involucrarnos en recuperar esos derechos y reconocimientos. La otra ventaja que tuvimos es que Puebla, aunque tiene un conservadurismo alto, al ser una ciudad universitaria, en ella convergen personas de otros estados y municipios, de países inclusive, en su mayoría jóvenes con mentalidad diferente y que sí se han sumado a combatir las formas de discriminación o violencia hacia las mujeres, principalmente. Esto permitió que las campañas que me querían golpear no tuvieran el efecto esperado.
C&E: ¿Cuáles fueron las principales dificultades durante la campaña?
CR: Es complicado cuando la mayoría de los participantes de la contienda están acostumbrados a la política tradicional. Yo, en cambio, aunque sí presenté un diagnóstico sobre lo que se hace mal y del por qué propongo una estrategia distinta, sin caer en la dinámica de denostar a los otros, preferí hacer un trabajo en campo, más de tierra, de cercanía con la gente, que es lo que sé hacer. Me decidí por una campaña alegre, cuyo discurso no fuera de confrontación y violencia. Eso pedía la gente y yo, como ciudadana, también. Así que como actora política tuve la responsabilidad de cumplir con ello.
Para explicar su actitud durante campaña, la aficionada al balompié recurrió a una analogía pambolera. Afirmó que decidió ingresar al área de juego de la política, que es como un campo de futbol, donde puede haber golpes y caídas. Sin embargo, quienes lo hacen deciden también cómo jugar. Ella optó por el juego limpio: ver cómo corría el balón en la cancha, comunicarse con su equipo y hacer la mejor jugada.

C&E: Durante casi toda la campaña, las encuestas señalaron prácticamente el empate técnico entre usted y el candidato del segundo lugar. Además de actuar de esta manera, ¿cuáles fueron otros de los aspectos centrales de su estrategia que le permitieron sacar casi 15 puntos de ventaja a un partido que parece que no quería soltar a la capital?
CR: El reto era alto. Nos tocó iniciar una campaña en la que yo era muy poco conocida, mientras que el candidato con el que me enfrentaba ya había sido presidente municipal y tenía un alto porcentaje de conocimiento. El objetivo fue entonces que me conocieran. La dinámica era buscar espacios y antes de arrancar la campaña logramos armar una propuesta que se llamó "Ciudad incluyente", en la que decíamos los por qué, qué íbamos hacer y cómo. Siempre fuimos muy claros y hablamos con la verdad. No afirmamos que nosotros íbamos a hacer todo, mas bien que necesitamos de la participación ciudadana. Demostramos que el ejercicio que estábamos proponiendo estaba ajustado al techo presupuestal, según la ley de disciplina financiera, centrándonos en cinco aspectos principales.

El primero de los aspectos que dicho documento contiene es el combate frontal a todas las formas de corrupción. El segundo, recuperar la seguridad con ayuda de la participación ciudadana y una policía de proximidad, la cual se logrará a través del mejoramiento de sus condiciones laborales. En este aspecto, según su propuesta, se atenderán las causas que generan los índices de violencia y delictivos, como la falta de oportunidades, mediante apoyos a empresas locales, sin moches, mordidas ni diezmos, sino con proyectos
En tercer lugar, está la procuración del patrimonio natural de la ciudad, como las cuencas hidrológicas, seguido de la implementación de un ejercicio de movilidad sustentable y la recuperación del espacio público, es decir, hacer de la ciudad la casa de los poblanos, pues, en palabras de la alcaldesa, “al estar nuevamente en la calle, seremos más ojos los que vigilan”.
Finalmente, como quinto aspecto de su programa, está el empoderamiento público de las mujeres y los jóvenes, con la promoción del arte y la cultura. Al respecto, Claudia Rivera afirmó que Puebla cuenta con 17 juntas auxiliares, de las cuales, en 10 habitan hablantes de lengua indígena. “No más, no menos. Cada una de las cinco estrategias están enfocadas a resolver cuando menos cinco problemáticas”, detalló.

C&E: Ahora desde tu gobierno ¿Cómo comunicarás los temas sensibles, como la agenda de las personas LGBTI?
CR: Como tal, dentro de Morena, que es el movimiento social más grande de América Latina, el tema ha sido no sólo tocar puertas, sino convencer corazones y conciencias. Ese es el reto. Ahora en el ejercicio del poder me toca seguir haciendo lo mismo: convencer a la gente que aún no se da cuenta que somos iguales en esencia, que necesitamos construir un mundo, como diría Rosa de Luxemburgo, “donde todos seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres". Nacimos en un país libre y soberano y por ningún motivo podríamos permitirnos vivir de forma distinta. Mi gobierno será abierto, con mucha comunicación. Tenemos que vernos a los ojos. La gente en campaña me decía, no se olvide de nosotros. Yo, cada que me decían eso, les respondía: ustedes no se olviden de mí. Le estamos apostando a un gobierno ciudadano. Me va a tocar ser la trabajadora de los poblanos, tanto de quienes votaron por mí, como de quienes no. Tengo que garantizar un gobierno incluyente. Con el pueblo todo, sin el pueblo nada.
El verdadero reto del gabinete de comunicación de Claudia Rivera es sumar voluntades. Por un lado, integrar a diferentes sectores, tanto de los que han estado renuentes a reconocer la igualdad entre hombres y mujeres, en toda su diversidad, y los que han pugnado por la reducción de las diferencias. Por otro, trabajar de la mano con todos ellos en la recuperación del tejido social. En otras palabras, su labor será comunicar la política social de la izquierda que esta joven representa.
C&E: ¿Cuáles serán las herramientas y los canales que ofrecerá tu gobierno para que todos los sectores hagan escuchar su voz?
CR: Desde ahora he tenido reuniones con distintos grupos, no en una dinámica paternalista, sino centrándonos en los “cómo”. Ya platicamos con la comunidad migrante en el extranjero, porque no sólo representa remesas, sino mucho más. Nuestros paisanos necesitan un acompañamiento para que tengan siempre presente sus raíces y recuerden que son embajadores de la cultura poblana. Puebla es Patrimonio Cultural de la Humanidad y la humanidad tiene que saberlo. No sólo somos fachada o talavera: somos calidad de seres humanos. Para ello primero hay que reconocerlo, es decir, trabajarlo con nosotros. Creérnosla. Por otro lado, haré mucho trabajo de campo, pues lo que mejor me sale es trabajar donde está el problema. El equipo de regidores que me va a acompañar será también un cabildo de calle. Activaremos también sesiones de cabildo itinerantes, para que las juntas auxiliares nos conozcan. Necesitamos fortalecer las 17 juntas ya que con ello cada una representará un polo de desarrollo. Todo esto irá de la mano con los temas de movilidad y recuperación del espacio público, el reconocimiento y empoderamiento de la cultura, sin dejar de involucrar a la gente en este quehacer.
C&E: El estado de Puebla ofrece condiciones difíciles para las mujeres ¿Cómo procederás en materia de género?
CR: La situación del estado en esta materia es crítica. Como entidad federativa ocupamos el primer lugar en discriminación y tenemos el cuarto en feminicidios. El número de secuestro de mujeres adolescentes es alto, así como la violación y el acoso callejero contra ellas. Una de las estrategias es crear la Secretaría de Igualdad Sustantiva de Género, la cual atenderá a la mitad de la población que está siendo vulnerada en mayor proporción, las mujeres, y a la mitad de la población que está vulnerando en mayor proporción, los hombres, quienes tienen una demanda social que tampoco ha sido escuchada y eso está generando violencia. También necesitamos hacer política de forma integral y estratégica en colaboración con las universidades y los talleres para combatir las formas de discriminación, identificar las formas de violencia y erradicarlas. Será una estrategia transversal, ya que cada dependencia al interior del ayuntamiento tendrá capacitación con perspectiva de género, para cambiar la dinámica del ejercicio de gobierno. Habrá personas con discapacidad dentro de la administración, pues una limitación física sólo genera formas de entender, conocer y ver el mundo un tanto distintas, y eso es lo que necesitamos: tener todas las posibilidades de entender la realidad para poder aterrizar estrategias incluyentes que no nos sigan separando. La cultura será nuestra principal herramienta para hacer esta reingeniería social que queremos.

C&E: Tienes la oportunidad que muchos militantes de izquierda querían para poder cambiar y hacer las cosas de modo distinto ¿Cómo lo van a lograr en tan poco tiempo? ¿Tendrán algunas prioridades en este primer momento en que la izquierda ocupa la alcaldía de Puebla? Las expectativas son bastante elevadas ¿cómo darán respuesta a esas personas que por vez primera confió en la izquierda?
CR: Las expectativas son demasiado altas y siguen elevándose. Después de la campaña obtuvimos la votación más alta del municipio de Puebla, inclusive más alta que la del candidato y la candidata a la gubernatura. Esto habla del trabajo que hicimos: propuestas que atienden a sus demandas. ¿Cómo lo vamos a hacer? Hay algo muy claro: hacer lo que los demás gobiernos no han querido hacer porque no les representa un impacto en un indicador, no da votos o porque piensan sólo en ellos. Nosotros haremos lo que es necesario hacer: dejar bien apuntalado los ejercicios de gobierno, los cuales garanticen no la gobernabilidad en tres, seis o nueve años, sino el desarrollo humano de las siguientes generaciones. Vamos a pensar en el ser humano, pues es quien debe estar nuevamente en el centro de la toma de decisiones. Es poco tiempo, pero en este apostaremos porque el desarrollo urbano social llegue a las zonas periféricas, que son las que menos han tenido. Todas, aunque tienen composición poblacional distinta, necesitan ser atendidas sin excepción. Esa será la prioridad.
C&E: ¿Usted hará lo que otros gobiernos no han hecho a pesar de que eso implique menos votos?
CR: Sí, eso es lo que hace falta. Muchos apostaron en nosotros por un cambio, para que los volteáramos a ver. Ellos no representen votos, somos más que eso. Estoy enfocada en un objetivo: seré administradora de los recursos por tres años de todos los poblanos. La gente tiene que tener la certeza de que cada uno de los pesos será bien cuidado e invertido por el bien de todos. Esas zonas que no son atendidas porque no son visibles o no salen en las portadas, son las que por años, por trienios y sexenios, han pedido a gritos ser atendidas. Si seguimos invisibilizado los problemas estructurales, no habrá manera de resolverlos. Como te decía, si seguimos con las mismas estrategias para abordar la problemática del género, tardaríamos alrededor de 185 años en ver cambios, es decir, ya no nos tocaría a estas generaciones. Lo mismo ocurre en las juntas auxiliares con los combates de la pobreza. Hoy, aunque el ejercicio en el cargo dura poco tiempo, hay que hacer el máximo esfuerzo para que esos tres años y el trabajo que haremos en la calle por y con la gente equivalgan a todos esos años que se nos deben.
C&E: El mensaje que percibimos durante su campaña fue esperanza. En su caso ¿cuál será el mensaje central de su gobierno?
CR: La inclusión. Tener una ciudad incluyente parte de pensar en qué es lo que nos está excluyendo como sociedad ¿Por qué no sientes que es tu calle? ¿Por qué no sientes que Puebla es tu casa? ¿Por qué no vas a tu parque? ¿Por qué no sientes que es tu presidencia municipal o tu palacio? Es porque no te han dado el reconocimiento de que te pertenece. Construir esa ciudad incluyente donde se garantice el equilibrio con el medio ambiente, la riqueza cultural y la esencia del ser humano, son ejes que impulsaré. Qué Puebla capital se vuelva, de verdad, la mejor ciudad para vivir de todo México, porque no es sólo el pedazo de tierra o el escenario geográfico ni la riqueza arquitectónica, es la calidad de seres humanos. Este enriquecimiento y empoderamiento del ser humano es lo que va a permitir transmitir ese abrazo, esa calidez, al recibir a toda la gente.
C&E: ¿Qué opinaría esa Claudia de 22 años, la que estaba por concluir la Licenciatura en Economía por la BUAP, de la Claudia de hoy, la alcaldesa de Puebla?
CR. Esa Claudia, de hace algunos años, se siente satisfecha con el ser humano que fue y de ver cómo se ha ido transformando durante todo este proceso, en el que ha habido experiencias positivas y negativas. Me queda claro que todas ellas forman el carácter y me permitieron llegar aquí. La formación que mi familia me dio, pues a mis hermanos y a mí desde chicos nos enseñaron a jamás permitir un abuso hacia nuestra persona y si lo hacían en alguien más, no quedarnos callados, levantar la mano, levantar la voz. Eso se vuelve una forma de vida y esa Claudia se sentiría orgullosa porque seguimos con esa convicción.
C&E: ¿Algún mensaje con el que desees concluir?
CR: El camino es muy largo. Por ello necesitamos sumarnos todos, vernos a los ojos, darnos la mano y sumar por Puebla. Creo que vale tanto la pena y hoy tenemos la oportunidad, desde diferentes trincheras, de regresarle un poco de lo mucho que nos han dado esta tierra poblana, esta tierra mexicana, y la Tierra, nuestro planeta. C&E