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Libia Denisse García. Secretaria de Gobierno del Estado de Guanajuato



Redacción C&E.- En Guanajuato, Libia Denisse García se ha encargado de romper techos de cristal en áreas que históricamente excluían a las mujeres. Por invitación del gobernador Diego Sinhué se convirtió en la primera mujer titular de la Secretaría de Gobierno del estado y antes fue la primera en ser reelecta como diputada del congreso local, desde donde legisló en favor de la protección de la lactancia materna y la Ley Olimpia, entre otras causas. Con una trayectoria de dos décadas de activismo político en el PAN y diversos cargos públicos, hoy continúa con su encargo para que su estado y el país tome un nuevo rumbo a la igualdad sustantiva.


¿Para qué ingresaste a la política? ¿Cómo tomaste la decisión de iniciar tu carrera en este ámbito?

Empecé como muchas y muchos jóvenes, primero por un llamado personal a servir y, segundo, buscando un espacio adecuado para poder ser de utilidad a mi estado y país. Así fue como di los primeros pasos e ingresé a Acción Juvenil, la organización de jóvenes del PAN. De eso, pues ya pasaron casi 20 años y sigo igual de entusiasmada y con la motivación del primer día. Ahí es donde surge ese llamado a cambiar la forma en que las mujeres éramos vistas y percibidas en política. Antes, no cabía en la mente de las niñas pequeñas ser presidenta o alcaldesa. Eso era algo exclusivo de los hombres. Hoy, las cosas han cambiado. El próximo 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y eso nos recuerda que no se trata solo de acceder a cargos públicos, sino de reflexionar cómo nos vemos las mujeres a nosotros mismas y cambiar las relaciones sociales para que haya más oportunidades para todas. No soy de las que se quedan viendo lo que otros hacen. Las mujeres somos valientes y protagonistas del cambio. El interés de participar en la política empezó desde que era niña. Era de las que alzaba la mano y participaba en todos los concursos que podía, porque pensaba que era importante que se escuchara mi voz. Ya más grande, en la universidad, fui presidenta de la asociación de alumnos. Así que la inquietud por lo público y lo colectivo la he tenido desde muy pequeña y especialmente con un propósito, el de generar un cambio. Porque la política debe ser la herramienta para que podamos construir una sociedad más igualitaria y más justa, pero

también más segura, más desarrollada y más sustentable.


¿La razón por la que entraste en la política hoy sigue siendo la misma?

En esencia, sí. Conforme crecí me di cuenta de más causas que fueron motivándome. Vi que las mujeres no estaban presentes en los espacios de toma de decisiones. Me pareció que eso no era “normal”. Fue en ese momento, que decidí eliminar de mi mente esa realidad y convertir ese cambio en un reto personal. Yo formalmente entré a la política y a Acción Nacional en 2004, convencida -y lo sigo estando- de su filosofía humanista y de las causas ciudadanas. Pensando también que Acción Nacional es la vía para que las mujeres logremos el cambio social en nuestro país rumbo a la igualdad sustantiva.


¿Qué tanto has hecho eso que pensaste y que te falta aún por hacer?

Procuro mirarme al espejo y cuestionarme si estoy satisfecha con lo que he hecho y me pregunto también, qué tanto me falta por hacer. Desde que me certifiqué como capacitadora nacional, cuando fui diputada local y ahora como Secretaria de Gobierno, he buscado en todo momento incidir en la construcción de una sociedad más justa y menos desigual para los jóvenes, las mujeres y los sectores en situación de vulnerabilidad. Como diría Don Manuel Gómez Morín: “Esta no es tarea de un día, sino brega de eternidad”. Efectivamente, la política es una actividad de cambio constante y la sociedad siempre será perfectible. Y una cosa que es muy importante es inspirar con nuestras acciones y nuestras palabras a los demás; porque el cambio jamás lo generará una sola persona, tenemos que

hacerlo entre todas y todos.




¿Cuáles son tus momentos clave en tu trayectoria política?

Sin duda, el día que ingresé al PAN, con aquella ilusión que hoy conservo; mi paso por el Congreso de Guanajuato como diputada local, donde tuve la oportunidad de ser la primera mujer legisladora en ser reelecta. Fue en ese periodo también cuando impulsé leyes y reformas a favor de las causas en las que creo, tales como el Programa Estatal de Protección a la Lactancia Materna, la Ley Olimpia que sanciona la Violencia Digital y las reformas de paridad en todo. Otro gran momento en mi carrera fue, sin duda, el día que el Gobernador Diego Sinhue me designó como la primera mujer al frente de la Secretaría de Gobierno. Y si bien son grandes momentos, lo importante es mantener constantes los principios y valores humanistas y en favor de una igualdad plena entre mujeres y hombres.


¿Quién es tu inspiración para hacer política?

Mi hija y mi hijo, y todas y todos los niños de Guanajuato, porque sigo creyendo que nuestra principal responsabilidad es con ellos; debemos heredarles un mejor país, un México donde se respeten las diferencias, no uno donde se condene el hecho de ser diferente. El deseo de transformar mi entorno me sigue impulsando todos los días a levantarme y seguir trabajando con más fuerza y más entereza. Por supuesto también me inspiran las mujeres que se abrieron camino en sociedades dominadas por hombres y que lideraron a sus países con gran éxito como Angela Merkel y Michelle Bachelet.


¿A qué mujer admiras? (no vale decir que a tu mamá)

A muchas. Pero si me limitas a una solamente, podría decirte que a finales del año pasado tuve la oportunidad de conocer a Eufrosina Cruz Mendoza, quien actualmente es diputada federal y, como ella misma se define, agente de cambio a favor de los derechos de las comunidades de Oaxaca y de México. Tuve la oportunidad de presentar su libro “Los sueños de la niña de la montaña”, en el que narra su historia de vida. Y como se lo dije en persona: ella es una heroína de carne y hueso, que inspira no solo a otras mujeres, entre las que me incluyo, sino también a las nuevas generaciones, como es el caso de mi hija.


¿Cuáles han sido los avances en materia de equidad de género ocurridos en el país durante el último año que consideras más importantes? ¿En el mundo?

No sé si en el último año, pero sí en los últimos años. Hace diez años estábamos muy lejos de la paridad en el Congreso de la Unión. Hoy gracias a dos reformas constitucionales, la de 2014 que introdujo el principio de paridad en la Constitución y la de la paridad total de 2019, no sólo el Congreso Federal es ya paritario, sino también los congresos estatales. Falta mucho por hacer, pero definitivamente la promoción de criterios de igualdad y paridad no sólo a nivel legislativo, sino

también en la administración pública; el hecho de que también ya estemos hablando y legislando a favor del acceso a artículos de calidad para la gestión menstrual, así como de la paternidad responsable, la ampliación de los permisos de paternidad y la corresponsabilidad en los hogares es ejemplo de ello. Por supuesto otro pendiente es luchar y erradicar las violencias contra las mujeres en

todas sus vertientes.


¿Cuáles son los principales retos para las mujeres para acceder a espacios de toma de decisiones?

Aún tenemos desafíos en materia de violencia de género, específicamente de violencia política en razón de género; necesitamos fortalecer el liderazgo femenino, así como incrementar la participación económica de las mujeres, erradicar la brecha salarial que aún persiste en el mercado laboral y promover los ambientes libres de violencia y discriminación en los centros de trabajo. Al concretarlo, lograremos que más mujeres accedan a puestos de toma de decisiones, tanto en el ámbito público como privado.


¿Qué les aconsejarías a otras mujeres que están entrando o por entrar a la política?

Que luchen por sus sueños, que no permitan que nadie les diga que sus metas son imposibles. A diferencia del pasado, hoy las nuevas generaciones tienen más opciones y oportunidades. Hoy las acciones afirmativas no son buenos deseos, son realidades. Y les diría que tengan presente que la política no es una carrera de 100 metros, sino una carrera de fondo, que lo importante es llegar a la meta, no quién llega primero. También hago un llamado a la sororidad. Las mujeres tenemos que apoyarnos entre mujeres, ser solidarias, empáticas, compartir no solamente sueños e ideales, sino también luchas y esfuerzos. El logro de una es el logro de todas.


¿Cuándo lograremos la paridad política en el país? ¿Qué nos falta aún?

Hemos avanzado mucho. La paridad es una realidad en el Poder Legislativo y en materia electoral, pero no es suficiente. Requerimos que la igualdad entre hombres y mujeres también se refleje en el Poder Ejecutivo a nivel estatal y municipal, así como en el Poder Judicial.


¿Te ha dejado satisfecha el papel de las mujeres gobernadoras en el país?

Pienso que la vara con la que se mide el desempeño de las mujeres no es la misma que la de los varones. Hay un doble rasero. Se nos exige dar resultados como autoridades, lo que es aceptable, pero también se nos pone a prueba como mujeres. No me cabe duda que las gobernadoras están desempeñando un gran papel como autoridades, que están poniendo su estilo personal, así como la

perspectiva de género en sus gobiernos y las políticas públicas que instrumentan. Eso es lo que están haciendo Tere Jiménez en Aguascalientes y Maru Campos en Chihuahua, por citar dos ejemplos que conozco de cerca. Son mujeres de larga trayectoria, que han enfrentado muchos retos y que han salido adelante, a base de trabajo, constancia, dedicación y resiliencia, valores que por cierto nos

caracterizan a las mujeres panistas.


¿Has sufrido discriminación en tu profesión por ser mujer?

Como lo he comentado en otras ocasiones, muchas veces nos pasa que los temas

que como mujeres ponemos en la agenda pública son minimizados por algunos actores políticos. Por ejemplo, cuando fui legisladora impulsé el Programa Estatal de Protección a la Lactancia Materna, la Ley Olimpia que sanciona la Violencia Digital y las reformas de paridad en todo, hubo quienes decían que había temas más importantes por legislar. Claro porque estas reformas representan un beneficio para las mujeres, pero al final fueron reformas que salieron adelante y representaron un reto y una oportunidad de seguir mostrando que la voz de la mujer es valiosa.


¿Hay apoyo de las mujeres hacia nuestras mujeres gobernantes o candidatas?

Y no solo de las mujeres, también de los hombres. El apoyo a un gobernante no es un asunto de género, sino de desempeño y resultados.




En qué momento te has sentido apoyada por el género opuesto?

En muchas ocasiones, desde el momento que el gobernador Diego Sinhue tuvo la confianza de designarme como la primera mujer Secretaria de Gobierno y como responsable del Eje de Seguridad, mi relación de trabajo es regularmente con varones, quienes respetan mi visión y saben trabajar como iguales. Cuando cuentas con un gobernador que trabaja sin distinciones de género, eso permea y se valora el trabajo de las personas independientemente de su sexo.


Hay una mujer presidenta de la SCJN, ¿qué deja de bueno esto para el género en relación con el poder y como se puede ayudarla desde las trincheras en la que estás?

Que las mujeres estamos preparadas para ocupar cualquier espacio, y que si no lo hemos hecho antes no ha sido por falta de aptitudes, sino de oportunidades.


¿Por qué es importante tener más mujeres en el poder?

Porque la representación de las mujeres en el poder no debe limitarse a la representación descriptiva, debe ir más allá, ser sustantiva y simbólica. Es determinante que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes se acostumbren a ver mujeres en los espacios de poder.


¿Cómo has apoyado las causas feministas?

Como legisladora, trabajé para impulsar que hoy nuestro Congreso esté integrado por el mismo número de diputadas y diputados; también, promoví decididamente las sanciones a la violencia digital, la prevención y sanción de los feminicidios y la violencia familiar. Como secretaria de Gobierno esas causas no las he abandonado y las seguiré abrazando y promoviendo desde la trinchera que esté.


¿Está México preparado para tener una mujer presidenta?

¿Por qué no habría de estar preparado? Esa pregunta ya no debería formularse en pleno Siglo XXI. La capacidad para gobernar está comprobada, no está relacionado con el género de las personas. Las mujeres, ya lo hemos demostrado, estamos listas para tomar las riendas del país.


¿Cuál será el papel de la mujer en la elección de 2024?

Determinante, como lo ha sido en todas las elecciones del México democrático. Nuestra voz y nuestro voto cuentan y pesan. Nosotras podemos definir el rumbo y el futuro de nuestro país.

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