
Hace 37 años encontró su vocación política e ideales, cuando hubo que ayudar a las personas que perdieron su hogar tras el terremoto de 1985, en CDMX. Hoy, Martha Ávila Ventura, quien es diputada del Congreso de la Ciudad de México, continúa aferrándose a sus ideales: “la lucha contra la pobreza generada por gobiernos neoliberales a través de la venta y privatización de los bienes y riquezas de nuestra nación”. Arropada por MORENA, impulsa iniciativas por la igualdad y justicia social. En Campaigns & Elections narra su historia, el presente y lo que aun falta para avanzar en la transformación que anhela, en la que hay condiciones equitativas entre hombres y mujeres.
¿En qué momento descubriste que tu camino era incidencia pública?
Hace 37 años, a raíz del terremoto de 1985 se dio un movimiento social, del cual fui parte, en favor de la vivienda de las personas afectadas por ese terrible hecho. Por otro lado, en 1987, cuando diversos partidos y organizaciones sociales nos pronunciamos por el apoyo a la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), como parte de la lucha por la democracia incipiente en aquel momento en el país.
¿Cómo fueron tus inicios en la política?
Se dieron en el movimiento social que refiero por la vivienda y la educación. Ahí recibimos formación política sobre la lucha social, la situación del país bajo el régimen neoliberal encabezado en ese momento por el PRI para, posteriormente, hacer una clara alianza con el PAN, y, así, simular una alternancia en el poder. Esta formación me dio perspectiva sobre las desigualdades sociales, y en un país en el que se estaba construyendo la democracia, el camino era la vía electoral, de partidos y de lucha para que compañeras y compañeros nuestros pudieran ocupar espacios de representación popular, esperando un día gobernar este país y, a través de esa estructuras, poder generar un proceso de transformación.
¿Quién es tu inspiración?
Más que inspiración, quisiera diferenciar lo que me mueve, que es la lucha contra la pobreza generada por gobiernos neoliberales a través de la venta y privatización de los bienes y riquezas de nuestra nación. Esta lucha por la igualdad y justicia social es mi inspiración para poner mi granito de arena a la transformación de este país, pero siempre desde la comunidad.
¿Qué tan difícil es para una mujer estar en política? Cuéntanos una anécdota al respecto positiva o negativa.
Para la política machista que históricamente había venido ejerciéndose, en la que en estos espacios estaba más arraigada la figura masculina, que una mujer llegue a ellos implica un enorme reto, una lucha incluso interna o hasta con la misma familia, pues a veces no se comprende que una mujer participe en la política y ocupe espacios por su trabajo, su compromiso, su inteligencia y su tesón.

¿Sufriste alguna vez discriminación profesional por tu género?
No.
¿Es más difícil hacer equipo con los hombres o con las mujeres?
Creo que la lucha histórica dada por las reivindicaciones por la igualdad de oportunidades frente a la población masculina, por ser escuchadas y tomadas en cuenta, nos hace formar mejores equipos, más empáticos, en unidad.
¿En qué momento te has sentido apoyada por el género opuesto?
Siempre me he sentido apoyada.
¿Por qué es importante tener más mujeres en el poder?
Porque no hacerlo sería seguir legitimando el sistema patriarcal. Nuestra capacidad innata multitarea nos permite también tener un panorama más amplio de los problemas del país, enfocando nuestra mirada a grupos históricamente desprotegidos, porque sabemos lo que eso significa, como son las personas menores de edad, las personas adultas mayores, quienes tienen alguna discapacidad. Nosotras como artífices de los cambios y mejoras en la sociedad, somos responsables de generar políticas públicas que consoliden derechos plenos para vida digna de todas y todos.
¿Hoy con la cuota de género hay la misma cantidad de mujeres y hombres en puestos públicos, crees que esto se ha visto reflejado en un mayor bienestar para la mujer de a pie?
Aunque podemos decir que se ve una representatividad equilibrada, aún es difícil que haya una coordinación y caminar en objetivos comunes cuando hay proyectos diferentes en los partidos políticos, que atienden sus agendas ideológicas antes que el bienestar y la protección de nosotras.
¿Cómo observas la desigualdad de género en México, en relación con América Latina y el mundo?
Primero habría que poner en contexto que México es el segundo país más poblado de América Latina, y en el que más de la mitad de la población somos mujeres. A nivel regional, hemos logrado avances significativos para alcanzar los derechos de las mujeres y la igualdad de género, principalmente en nuestros derechos políticos, en la institucionalidad de género y el incremento de los recursos públicos etiquetados a la igualdad de género. En América Latina, junto a Colombia y Costa Rica, somos el país con mayor participación política de mujeres, basta echar un vistazo a las secretarías de Estado, donde nunca antes había habido tantas mujeres al frente como con este Gobierno. También, tras el pasado proceso electoral, México tiene el mayor número de gobernadoras en nuestra historia, transformando ámbitos tradicionalmente liderados por hombres. En el caso mexicano no pasemos por alto el sólido andamiaje de acciones, estrategias y políticas que se han implementado para reducir las brechas que impiden la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en la diversidad de los espacios de vida. Prueba de lo anterior es el análisis que desde el Congreso de la Ciudad estamos realizando de la iniciativa de la Jefa de Gobierno para elevar a rango constitucional el programa “Mi Beca Para Empezar” y con lo cual se garantiza el acceso universal a la educación básica en México, pues con base en datos de Naciones Unidas en muchos países las que tienen menos acceso a la escolarización son las niñas. Una de las desigualdades más evidentes entre hombres y mujeres es que seguimos siendo violentadas y asesinadas solo por ser mujeres. En un lamentable marco de relación de poder, las mujeres sufren por el simple hecho de nacer mujeres, sea cual sea nuestro nivel educativo, cultural o económico. En este sentido, estos Gobiernos trabajan en dar respuesta a erradicar y prevenir las violencias que sufrimos; particularmente en la Ciudad de México, las acciones y una coordinación adecuada han permitido la reducción del riesgo feminicida en 49 por ciento desde que de manera voluntaria se declaró la Alerta por Violencia contra las Mujeres en 2019.
¿Dónde o en qué tema ves más rezago en el país para las mujeres?
En la cuestión laboral, en impulsar la autonomía económica de las mujeres y también en el desarrollo de sistemas públicos de cuidados, que ayuden a las mujeres a tener menos carga. En este sentido, en el Congreso local, MORENA impulsa la creación de una Ley del Sistema de Cuidados. Me explico: todas las personas necesitan cuidados y, en muchas situaciones, no pueden cuidar de sí mismas y sus familias no tienen la capacidad suficiente para hacerse cargo o necesitan apoyo en estas labores, las cuales históricamente han recaído sobre todo en nosotras, las mujeres. El objetivo de la creación de un sistema de cuidados, implicaría la articulación de instituciones públicas y privadas para crear un andamiaje jurídico y social que atienda a personas en situación de dependencia y brinde apoyos a las familias en sus tareas de cuidado.
¿Qué necesitan lograr las mujeres?
Una mejor organización en los temas de igualdad de género, violencia política de género, hostigamiento sexual, en la que podamos generar un proceso formativo y que cada día seamos más las mujeres luchando por nuestros derechos más allá de filias o fobias partidistas. Quisiera recurrir a una frase de Virgia Woolf, que creo sirve para cerrar mi idea: una feminista es cualquier mujer que dice la verdad sobre su vida y, en este camino, nos vamos encontrando todas.

¿Pueden las mujeres hacer equipo con el hombre en la política? ¿Cuéntame cómo lo has vivido tú?
Se puede y se debe, porque nuestra lucha no es contra los hombres sino contra la cultura patriarcal que tanto daño ha hecho en el mundo y que nos ha llevado a ser discriminadas en distintos ámbitos.
¿Estamos listos para tener nuestra primera presidenta de México?
Sí, estamos listas y listos.
¿Qué características debe tener esa mujer?
Debe ser humanitaria, solidaria con las causas justas; una mujer que haya demostrado que se gobierna para servir al pueblo y no servirse de él; una mujer que antes de sus propios intereses luche por los intereses colectivos. Una mujer que no solo acredite la formación requerida para ocupar el más alto cargo de un país, sino además con una clara formación social y de lucha, una manera de vivir sustentada en el amor a la familia, al prójimo, a la naturaleza, a la patria y a la humanidad.
¿Cómo imaginas el México por el que luchas cada día?
Imagino un México donde la justicia social para todas y todos sea una realidad sin retorno, un México con una amplia participación ciudadana, un México donde sea realidad el progreso con justicia social.

Con mi trabajo diario desde el Legislativo, así como en el distrito 28 en Iztapalapa, al que represento, y desde donde hemos emprendido diversas campañas para prevenir y erradicar la violencia de género. Considerando, además, que como legisladoras y legisladores uno de nuestros más altos deberes es crear leyes que se traduzcan en derechos, desde el Congreso hemos creado diversos instrumentos para el cuidado y protección de las mujeres, partiendo de que el proyecto histórico por el que MORENA ha pugnado se refleje y consolide en dichas leyes, a fin de darle viabilidad y permanencia. En el Grupo Parlamentario de MORENA, el cual tengo el enorme honor de coordinar en el Congreso local, sabemos que los derechos de las mujeres son parte sustantiva de la Cuarta Transformación de la vida pública de México.
Por ello, en concreto, aprobamos:
La creación del Registro Público de Agresores Sexuales, que ya está en operación.
La Ley Olimpia, que sanciona el acoso y la violencia digital.
La Ley por la que se crea el Banco de ADN para uso forense para la persecución de delitos sexuales.
La Ley de la Fiscalía que obliga a certificar a Ministerios Públicos, asesores jurídicos y peritos en la atención de mujeres víctimas de violencia.
La creación de la Fiscalía de Feminicidios.
La modificación a la Ley de Acceso a la Mujer a una Vida Libre de Violencia, que permite la desocupación inmediata por parte del agresor del domicilio de la víctima.
Y la aprobación de un mayor presupuesto para incrementar los Senderos Seguros.